sábado, 1 de mayo de 2010

Descartes: Ética y moral

5.- ETICA. MORAL PROVISIONAL.

Las cuestiones humanas: la ética-moral, el ser humano, las relaciones personales, sociales y políticas, constituyen el horizonte último de las filosofías de los pensadores de la “edad moderna” estos autores. Muchas veces no aparece de forma manifiesta, porque es el último tema en ser tratado: el cómo debe comportarse el hombre en el escenario del mundo, requiere la explicación de como es esa realidad o escenario (metafísica, ontología). A su vez esta solo es posible con una teoría del conocimiento y un método que nos garanticen que nuestra visión de la realidad es la correcta, la verdadera.
En general, el intento de superar las guerras de religión y la intolerancia, marca a lo intelectuales del XVII.
Aunque la ética o moral “cartesiana” es menos conocida por el público, que otros temas y teorías de su filosofía, Descartes le concede una gran importancia, porque el hombre, además de ser un “ser pensante”, vive el día a día y necesita tener criterios morales para actuar correctamente y lograr la dicha o felicidad, en la medida que esta sea posible para la vida humana. Descartes, en su proyecto filosófico, pensó escribir sus teorías éticas y morales como “fruto” y “broche” final de su filosofía. De ese modo la ética se fundamentaría en las sólidas raíces del método, la teoría del conocimiento y sobre todo de la metafísica (El texto que figura en el apartado 1.3. es muy claro en este sentido: "Así, toda la filosofía es como un árbol, cuyas raíces ...”). Pero Descartes, en la espera de esa ética definitiva, pensó que tanto él como los demás hombres necesitan criterios morales, para actuar con decisión, obrar correctamente, evitar los excesos y de ese modo ser dichosos. Por eso redactó una moral provisional, que él pretendió breve y clara:
La primera regla provisional sostiene que hay que obedecer las leyes y seguir las costumbres del país, conservando la religión tradicional, ateniéndose en todos los asuntos a las opiniones más moderadas y más alejadas de los excesos. En la segunda máxima, Descartes afirma que en el obrar hay que ser lo más firme y resuelto posible, una vez tomada una opinión o decisión, siguiéndola con constancia como si fuese la más cierta o segura, aún cuando fuese dudosa. En la tercera regla se afirma que hay que procurarse vencerse a si mismo, más que a la fortuna; y en cambiar los propios pensamientos antes que el orden del mundo, porque nada está en nuestro poder, excepto nuestros pensamientos.
Descartes propone un modo de vida respetuoso con las tradiciones políticas y religiosas (no quiere conflictos con ellas; recuérdese el caso de Galileo); invita a actuar con resolución y decisión, aún siendo consciente de que en la vida muchas veces no podemos tener certeza plena sobre nuestra acciones (regla segunda); y, por encima de todo, señala que los hombres no pueden colocar su felicidad en aspiraciones y deseos que están fuera de su alcance: cada persona con su razón debe analizar con claridad lo que es posible y lo que no, pues solo de este modo será feliz.

APÉNDICE 4º: TEXTOS sobre ética y moral: "En cuanto a las cosas que no dependen en modo alguno de nosotros, por buenas que puedan ser, no debemos jamás desearlas con pasión, no solo porque podemos no lograrlas, y afligirnos así tanto más cuanto más las hayamos deseado, sino principalmente porque, ocupando nuestro pensamiento, nos apartan de poner nuestro afecto en otras cosas cuya adquisición depende de nosotros". (Las pasiones del alma).
"Y creo que, del mismo modo que no hay ningún bien en el mundo, fuera del buen sentido, que pueda absolutamente llamarse bien, así no hay tampoco ningún mal del cual no se pueda obtener alguna ventaja, teniendo buen sentido". (Cartas sobre la moral).

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