miércoles, 17 de febrero de 2010

Todo sobre Platón

Para hacer una introducción a la vida y obra de Platón conviene primero saber quién fue, dónde vivió y en qué circunstancias ejerció su actividad filosófica. Para empezar, hay que saber que Platón nació en Atenas en el 427 a.C y murió con 74 años, en el 347 a.C. Fue un personaje muy longevo, que vio muchas cosas a lo largo de su vida. Así pues, Platón vivió durante los siglos V y IV a.C. La vida en Atenas en esos tiempos fue agitada y complicada. Todo pareció ir bien cuando, en la llamada Época de Pericles, la democracia por fin se estableció y floreció de manera positiva. Pericles ya había dejado un “buen ambiente político” cuando murió en el 429 a.C, la democracia era una realidad. Pero lo bueno es frágil, y pronto llegaron los problemas. Cuando Platón era un niño comenzó la Guerra del Peloponeso, que duró muchos años (431 - 404 a.C) y que hizo mella en la vida ateniense. Cuando Atenas perdió ante Esparta, comenzó el régimen de los Treinta Tiranos, que afortunadamente para la democracia duró poco. Platón tuvo, pues, una infancia y una juventud marcada por la inestabilidad política, lo cual le hizo interesarse por la misma y por la sociedad. En un primer impulso se decidió a ser político, ejercer un cargo en la política ateniense, pero cuando condenaron a su maestro Sócrates a muerte Platón, con ojos pesimistas, vio que la democracia no funcionaba bien, y que la política era engañosa y mala. Por eso se dedicó a escribir. Escribió teorías políticas, teorías humanistas... filosofó. Platón vio en la sociedad muchos defectos, vio que la sociedad ateniense era imperfecta, por eso decidió viajar, pero lejos de encontrarse con algún pueblo ideal, lo que en realidad se encontró fueron casos semejantes al de su patria: allá a dónde iba, veía sociedades imperfectas y que necesitaban otros modelos por los que regirse. Visitó muchas ciudades, y uno de sus viajes más importantes lo hizo a Siracusa (Sicilia), donde conoció al tirano Dioniso I, al cual intentó convencer de sus ideas para que cambiara la forma de gobernar, pero nada... no lo consiguió. El pesimismo fue creciendo en el interior de Platón a medida que veía sus ideas frustradas por la realidad. Por eso, a raíz de viajar y conocer un mundo tan imperfecto, elaboró una de sus teorías más famosas, la Teoría de las Ideas, que hablaba de dos realidades, una imperfecta (el mundo en el que vivimos) y otra perfecta (el mundo de las ideas). Esta, como sus otras teorías, la describió a fondo en sus diálogos, pues Platón no escribía libros, sino diálogos (textos que se podían leer en voz alta ante el público). Platón escribió mucho, algunos diálogos fueron decisivos para la filosofía occidental (República, Fedro, Fedón, Apología, Banquete, Menón, Gorgias, etc) Diálogos en los que hablaba de sus teorías y de cómo veía el mundo. Según el libro de texto que manejamos este curso se podría dividir la obra de Platón en cuatro etapas: la etapa de juventud, cuando escribiría aun bajo la influencia de Sócrates, la etapa de la fundación de la Academia y del primer viaje a Sicilia, cuando escribió sobre sus inquietudes políticas, la etapa de madurez, cuando escribió algunos de los diálogos más famosos: Banquete, Fedón, República, y la etapa de vejez, cuando un Platón viejo que había vivido muchas cosas hace una reflexión de sus propias teorías. Esas serían las cuatro etapas dentro de la obra de Platón. Aunque es una simple división, otros estudiosos dirían otra cosa. Lo importante aquí es conocer la obra de Platón en sí, y saber que se vio influenciada en gran medida por Sócrates, por la Escuela Pitagórica y por los viajes que hizo y todo lo que vio durante ellos.
Platón, durante su vida, hizo más cosas a parte de viajar, filosofar y escribir. De alguna manera influyó en la vida política y de alguna manera contribuyó a la enseñanza, ya que fundó una escuela, la Academia, en la que él mismo impartía clases a jóvenes alumnos que se interesaron por sus teorías. Como muestra de su admiración hacia los pitagóricos y hacia las matemática, en la entrada de la Academia, había una placa en la que ponía: “Que nadie entre aquí sin saber matemáticas”. Y de aquí saltamos ya a sus teorías, pues gracias a los pitagóricos y a sus ideas, Platón comenzó a perfilar su teoría metafísica, a través de la cual nos intenta explicar algo de lo que él estaba muy seguro: existen dos mundos, uno perfecto y otro imperfecto, y nosotros vivimos en el imperfecto. Para explicar la Teoría de las Ideas Platón, en la República, cuenta el Mito de la Caverna (mito que también sirve para explicar sus otras teorías). Este mito habla de unos personajes que, atados de pies y manos, están sentados mirando hacia una pared en la que se reflejan sombras. No pueden ver nada más, únicamente esas sombras. Esas sombras dibujan las siluetas de un árbol, de una casa, de una persona, así que para los hombres sentados y atados, la única realidad que existe es la que las sombras proyectan. Desde siempre ha sido así para ellos, y para siempre lo será. Ellos no creen que pueda existir otra realidad. Pero llega un momento en el que uno de ellos consigue soltarse, y escapa de la caverna por una cuesta empinada y abrupta. Consigue salir al mundo exterior y al principio le ciega la luz del Sol, pero luego comienza a verlo todo con claridad: los árboles, los pájaros, las colinas... lo ve todo tal y como es en realidad. Comprende que las sombras que se proyectan en la pared de la caverna no son mas que imitaciones del mundo real, y que los hombres maniatados están siendo engañados. Con toda su buena voluntad, el hombre vuelve a bajar a la caverna, y les cuenta todo a sus compañeros, pero éstos, creyéndolo un loco y un mentiroso, lo matan y siguen mirando embobados a las sombras de la pared.
Con este mito (bastante ingenioso y certero) Platón habla, explica, critica y expone ante todos todo su pensamiento. De esta pequeña historia se pueden sacar muchas cosas: una crítica a la política (pues los políticos son los hombres que proyectan las sombras con una hoguera detrás de los hombres maniatados), critica que los políticos se dedican a engañar a la sociedad; una crítica a la ignorancia y al pasotismo que caracteriza a los hombres en general, y que no creen al personaje que consigue salir y que vuelve para intentar ayudarles (personaje que, por cierto, intenta representar a Sócrates, que intentó abrirles los ojos a los hombres y fue condenado a muerte). En el mito está también su idea más importante, la de los dos mundos: el de arriba, el perfecto, el ideal, y el de abajo, el imperfecto, el engañoso, el mundo en el que vive la sociedad. La sociedad de Atenas viene a estar representada por los hombres maniatados que rehusan de pensar e investigar y se conforman mirando las sombras que siempre han visto. También se habla de que en el mundo sensible (en el que vivimos) se intenta imitar los conceptos, las ideas perfectas del mundo de las ideas (pues las sombras no son más que la representación sensible de las ideas que hay arriba). Y por supuesto Platón, en forma de cuesta empinada y rocosa, nos destaca que es complicado el camino para llegar al mundo de las ideas, un camino sólo apto para personas sabias que hagan buen uso de la razón y de la inteligencia, y que no se dejen llevar por las emociones y los deseos (eso es ya acercarse a la teoría antropológica y de las tres almas del hombre). La verdad es que todo en Platón está relacionado. Es difícil redactar un trabajo como este sin mezclar las cosas. No se puede hablar de la Teoría de las Ideas sin mencionar la teoría Antropológica, y si se explica el Mito de la Caverna es imposible no rozar la teoría política. De todas maneras, seguimos: con el Mito de la Caverna Platón explica de forma sencilla su Teoría de las Ideas. Expone su idea de las dos realidades, de los dos mundos, y habla de que las ideas, de que los conceptos que conocemos en el mundo sensible, en el que vivimos, no son mas que las ideas que ya están predefinidas en el mundo de las ideas. Esto es algo complejo, pero se puede explicar (se puede intentar). Lo que Platón dice es que la idea de “arbusto bien cortado” la tenemos interiorizada dentro de nosotros mismos, pues nuestra alma (Platón habla de que dentro de nosotros también existen dos realidades: cuerpo y alma) viene del mundo de las ideas, y allí se ha empapado de esas ideas perfectas. Así pues un “arbusto bien cortado” es un arbusto bien cortado, y no hay más. No hay opción para la opinión. Un arbusto bien cortado es un arbusto bien cortado, más grande, más pequeño, pero bien cortado. Con los bordes recortados y rectilíneos y sin ramas que sobresalgan. Eso es un arbusto que está bien cortado. Uno puede decir que no le gusta ese arbusto, pero nunca podrá decir que está mal cortado, porque la idea de “bien cortado” es perfecta, es un concepto ideal, que está ahí, y que es así. En este sentido Platón está completamente en contra de los sofistas y de la verdad relativa. Para Platón existe una sola verdad, una verdad absoluta, y esa verdad es la del mundo de las ideas, donde todos los conceptos están definidos en su manera más perfecta. Para conseguir una sociedad mejor, para vivir de forma correcta, lo que hay que hacer es imitar al mundo de las ideas. Pero, ¿cómo se puede imitar al mundo de las ideas? ¿cómo conocemos nosotros ese mundo que no podemos ver?
Platón nos habla, por medio de su Teoría Antropológica, de que estamos formados por un cuerpo y un alma, que corresponden a los mundos real y perfecto respectivamente. El cuerpo es imperfecto, sensible, mientras que el alma es la parte del cuerpo que procede del Mundo de las Ideas. Según Platón el alma ya aprendió todo en el mundo del que viene, y que lo que debemos hacer no es aprender más, sino recordar. Recordar es aprender, eso es lo que sostenía Platón. Mediante la razón, la inteligencia, la sabiduría... una persona podía llegar a recuperar conocimientos que creía no poseer, que había olvidado. Así un jardinero podría saber perfectamente qué hacer para que un arbusto fuera bonito, estuviera bien recortado y fuera, en definitiva, ideal, perfecto, a semejanza de la idea de “arbusto bonito”.
Dependiendo de la vida que una persona hubiera llevado, al morir, el alma de dicha persona regresaría al mundo de las ideas o no. Platón intentaba así convencer a la gente de que había que comportarse bien y vivir una vida acorde con la sabiduría y la moderación de los deseos. Aquí ya pasamos a la teoría antropológica, en la cual Platón, como buen defensor del dualismo que era, nos habla de que dentro de nosotros existe una dimensión insensible a la que tenemos que hacer caso para poder vivir de forma ideal. Aquel que viva en armonía con sus almas (Platón habla de que existen tres almas) podrá, al morir, regresar al mundo de las ideas. Es un intento de Platón de hacer de las personas mejores personas, una contribución a la sociedad. Contribución que, como era de esperar, se verá truncada por la verdadera forma de ser de las personas, conformadas, vagas y fáciles de corromper por sus sentimientos y deseos. La mayoría de la gente prefería comer, beber e ir con mujeres antes de hacer caso a un viejo como Platón. El pesimismo fue una característica del filósofo, que veía que la triste realidad era que la sociedad no estaba preparada para sus ideas. Aun así, es interesante repasar todo lo que pensó y escribió. Sobre el dualismo del que habló Platón podemos añadir que para él el alma era algo así como el motor del cuerpo, y que existían tres almas, que perfiló como alma racional, alma irascible y alma concupiscible. Para explicar cada una de ellas se sirvió de otro mito, el del Carro Alado, recogido en su diálogo Fedro. Este mito nos habla de un auriga (conductor de carro) que va sobrevolando el cielo con su carro, tirado por dos caballos, uno negro y otro blanco. Llegado un momento el caballo negro se ve atraído por algo, y desvía la dirección haciendo caer el carro al suelo. Entonces, el auriga, el caballo negro y el caballo blanco se fusionan en un solo ser.
Es un mito sencillo pero que, estudiado afondo, esconde una teoría interesante: las tres dimensiones del alma. El auriga hace referencia a la ya citada alma racional, el alma que representa la inteligencia, la sabiduría y la prudencia. El auriga debe tener estas cualidades para llevar el carro. El caballo blanco hace referencia al alma irascible, el alma valiente, con coraje, fuerte. Es un alma que no se deja llevar por las emociones y que sabe estar firme. Y el pobre caballo negro representa al alma concupiscible, que hace referencia a la parte del alma que se deja llevar, que sigue los deseos, que no piensa antes de actuar. Con la fusión de las tres almas en una sola Platón quiere significar que dentro de cada persona conviven estas tres partes, que han de saber ser combinadas en armonía para llevar una buena vida. Platón aboga por la inteligencia, y pide que las personas sigan al alma irascible y a la racional, dejando a un lado las emociones y los impulsos del alma concupiscible, pero, como ya hemos dicho, es más fácil dejarse llevar que intentar contenerse. Esta sería, pues, la Teoría Antropológica de Platón, que habla de alma y cuerpo.
Cuando se está hablando de un filósofo hay que seguir un esquema, pues la mayoría de los filósofos de la historia elaboraron sus teorías alrededor de unos mismos temas. Ahora nos ocupamos de la Teoría del Conocimiento de Platón, la forma que tenemos de conocer según Platón. Otros filósofos dijeron otras cosas, pero Platón, en relación a este tema, dejó muy claro que para conocer hay distintos métodos. Como él defendía el dualismo y la teoría de las ideas, sostenía que una forma de conocer era recordar, pues todos los conocimientos, las ideas y los conceptos los teníamos ya adquiridos de forma innata, pero que los habíamos olvidado, por eso la reminiscencia era una forma de conocimiento. El alma ha estado en el mundo de las ideas y puede recordarlo. Otra forma es a través de la dialéctica (como solía hacer su maestro Sócrates con su diálogo irónico-socrático). A través de la doxa (la opinión de uno mismo) y la episteme (la verdadera ciencia). Hablando se entiende la gente. Hablando se aprende. Y otra forma para conocer el mundo y aprender es la propia sensación, a través de la cual se nos presenta el mundo. Es una forma simple y engañosa de conocer el mundo, ya que, al vivir en un mundo imperfecto, las cosas que vemos pueden ser imperfectas y no mostrar la verdadera esencia de las ideas. Me explico: podemos ver un arbusto y pensar que está bien cortado cuando en realidad es un desastre, lleno de ramas, raíces y hojas sueltas. Por eso el método de la observación y sensación puede resultar engañoso. Lo que hay que hacer es utilizar la inteligencia, y mirar entendiendo. Observar con ojos críticos el entorno que nos rodea.
Platón, en todas sus teorías, para hablar de lo que fuera, para intentar cambiar las cosas, siempre hablaba de acercarse al mundo ideal. Estaba convencido de que existía un mundo superior en el estaban las ideas perfectas. En ese mundo las ideas seguían un orden jerárquico, y la idea de “arbusto bien cortado” no era tan importante como la idea de “justicia” o la de “política”. La idea superior era la idea del Bien. Platón se preocupó de la sociedad y quiso ayudar, siempre intentado acercarse a ese mundo perfecto. En la teoría política-social que vamos a explicar ahora también hace una división semejante a la división que hace del alma (racional , irascible, concupiscible). Según él “el Estado expresa en grande lo que el individuo en pequeño”. Así pues para él el Estado se divide en tres niveles. Existe un nivel superior, que corresponde a la racionalidad, a la sabiduría, que ha de estar compuesto por gobernantes sabios, por filósofos. Según Platón el filósofo es quien ha llegado al mundo de las ideas, el que vive en armonía con su alma, el hombre ideal para dirigir la sociedad. Otro nivel sería el de los guerreros, que representan al alma irascible; han de ser personas firmes, fuertes, enérgicos. Su misión sería defender al Estado de ataques. Y el tercer nivel, el nivel de los ciudadanos campesinos, artesanos, comerciantes, es el fundamento económico del Estado. Así estaría compuesto el Estado ideal para Platón, con gobernantes sabios en el poder, guerreros irascibles y campesinos con templanza. Es un modelo ideal. El modelo que persigue Platón. Cuando estuvo en Siracusa en la corte del rey Dioniso I y más tarde en la de su sucesor Dioniso II habló de este modelo ideal, pero le echaron rápidamente de allí. Sus ideas no cuajaban en la sociedad. Platón, aun siendo pesimista, planteó estas teorías con la esperanza de que algún día, en algún lugar, pudieran hacerse realidad. (Platón no lo dice, pero a él le gustaría ser el líder de esa sociedad perfecta, dirigirla y ser el cabecilla. No porque tuviera malas intenciones ni ansias de poder, sino porque realmente se veía con la capacidad de guiar al pueblo a un estado ideal y perfecto. Se veía con las cualidades para ser un buen gobernador.)
Y, aunque parezca imposible, aun tuvo tiempo Platón para proponer otra teoría, la que vamos a explicar ahora para dar fin a esta larga introducción a Platón. Se trata de la teoría ética y moral, la teoría que habla de la sociedad y de la ética que ha de tener y de la moral por la que ha de guiarse. Platón, en su teoría de las ideas, habla de que la idea suprema es la idea del Bien, y para fundamentar su ética, sostiene que todas las personas, sin excepción, han de buscar el bien, pues el bien lleva a la felicidad, y la felicidad es la meta en la vida de todas las personas. Aquí, un fragmento encontrado en monografías.com/etica, me parece adecuado para explicar en qué consistía la ética según Platón:

Según Platón, el bien es un elemento esencial de la realidad. El mal no existe en sí mismo, sino como reflejo imperfecto de lo real, que es el bien. En sus diálogos mantiene que la virtud humana descansa en la capacidad de una persona para llevar a cabo su propia función en el mundo. El alma humana está compuesta por tres elementos —el intelecto, la voluntad y la emoción— cada uno de los cuales posee una virtud específica en la persona buena y juega un papel específico. La virtud del intelecto es la sabiduría, el conocimiento; la virtud de la voluntad es el valor, la capacidad de actuar, y la virtud de las emociones es la templanza, o el autocontrol. La virtud última, la justicia, es la relación armoniosa entre todas las demás, cuando cada parte del alma cumple su tarea apropiada y guarda el lugar que le corresponde. Platón mantenía que el intelecto ha de ser el soberano, la voluntad figuraría en segundo lugar y por último las emociones, sujetas al intelecto y a la voluntad. La persona justa, cuya vida esté guiada por este orden, es por lo tanto una persona buena.

Así pues quedan explicadas las más importantes aportaciones de Platón a la filosofía: la Teoría de las Ideas (con el mito de la caverna), la Teoría Antropológica (con el dualismo y el mito del carro alado), la Teoría del Conocimiento (con las diferentes formas de conocer que propone), la Teoría Política y Social (con el modelo de Estado que propone) y la Teoría Ética y Moral (con la que explica qué hay que hacer para vivir en armonía y de forma ética y buena).

lunes, 8 de febrero de 2010

Convocatoria.


José Angel Alegre:

Convocatoria para los interesados en comenzar a preparar el tema: "Carlos Marx"
-Miércoles a las 14,15 en el aula de 2º C
-Libro de texto: páginas 234, 235, 236, Introducción, vida, obras, planteamientos generales de su filosofía, visión del hombre como ser social (trabajo y alienación)